A un mes de la emergencia, la Provincia Marista de México Central despliega una jornada de solidaridad transformadora en las colonias más afectadas.
Poza Rica, Veracruz. — Cuando las aguas bajan, lo que queda al descubierto no es solo el lodo, sino la necesidad urgente de reconstruir el tejido humano. Bajo esta premisa, y respondiendo al llamado de la campaña de recolección y voluntariado «Maristas en Acción», la Provincia Marista de México Central, en conjunto con el Equipo EDMI, llevó a cabo una jornada intensiva de apoyo del 25 al 27 de noviembre de 2025 en esta ciudad.
La intervención se da en un contexto crítico. Tras las inundaciones registradas el pasado 10 de octubre, diversas zonas de Poza Rica quedaron en situación de vulnerabilidad. Si bien la ayuda inmediata es crucial, el acompañamiento a mediano plazo es lo que define la «solidaridad transformadora» que caracteriza a la misión de San Marcelino Champagnat. No se trata solo de limpiar casas, sino de habitar la realidad del otro.
Una brigada con dos frentes: Lodo y Esperanza
La brigada provincial, compuesta por docentes, psicólogos y voluntarios, concentró sus esfuerzos en las colonias Gaviotas, Morelos, Granjas e Ignacio de la Llave, identificadas como puntos rojos tras el desastre. La estrategia se dividió en dos ejes fundamentales: la reconstrucción física y la contención emocional.
En el frente operativo, las «manos solidarias» de Maristas en Acción trabajaron hombro con hombro con los vecinos. Se realizaron labores pesadas de limpieza en domicilios particulares, como el de la maestra Dulce y la familia Vanesa, quienes sufrieron afectaciones severas. Más allá de la limpieza, el equipo apoyó en tareas de albañilería, incluyendo la colocación de pisos en la vivienda de Don Nico, un gesto que devuelve no solo la habitabilidad de un espacio, sino la dignidad de un hogar.
Sanar la mente para reconstruir la vida
Sin embargo, el impacto más profundo de la visita quizás no fue el visible, sino el que ocurrió en las aulas y en las charlas uno a uno. Entendiendo que el trauma post-desastre puede paralizar una comunidad, el equipo desplegó especialistas en psicología para brindar primeros auxilios emocionales.
La intervención alcanzó a la Secundaria Técnica 117 y a la Zona Técnica 75, donde se realizaron dinámicas de contención tanto para alumnos como para docentes. «Ser presencia que escucha, consuela y acompaña» fue el lema de estas sesiones. En momentos de crisis, saber que hay una red de soporte que trasciende lo material es vital para recuperar el ánimo de la misión local.
Maristas en Acción: Más que una campaña
Esta visita de tres días reafirma el compromiso de la Provincia de México Central de no ser espectadores ante el dolor. La campaña Maristas en Acción ha servido como el canal para movilizar recursos, pero sobre todo, para movilizar corazones. La presencia del Equipo EDMI y la comunidad educativa local demuestra que la fraternidad es un verbo que se conjuga en presente y en terreno.
Mientras Poza Rica continúa su proceso de recuperación, la huella dejada por la brigada nos recuerda que, aunque las tormentas son inevitables, la solidaridad es una elección que puede transformar realidades. La invitación sigue abierta para sumarse a Maristas en Acción, porque la reconstrucción de la esperanza es una tarea de todos los días.
El paso de la brigada por Poza Rica deja una lección imborrable: la fraternidad no es un discurso, es remangarse la camisa y caminar junto al otro. Durante estos tres días, bajo el estandarte de «Maristas en Acción», no solo retiramos escombros en las colonias afectadas; reconstruimos la confianza en el futuro. Cada abrazo de consuelo y cada piso reparado fueron un acto de resistencia ante la adversidad. Nos despedimos sabiendo que, aunque la lluvia pase, nuestra red de apoyo permanece firme. Somos una sola familia y hoy hemos demostrado que la solidaridad transformadora es el único camino para que vuelva a salir el sol.
