Coordinadores del área de inglés de la Provincia Marista de México Central se reúnen para fortalecer su misión educativa, compartir experiencias y construir una visión común.
En un mundo cada vez más interconectado, la enseñanza de un idioma global como el inglés se ha convertido en una piedra angular de la educación. Sin embargo, para la Provincia Marista de México Central, esta enseñanza no puede ser un acto meramente técnico o funcional. Debe estar profundamente arraigada en un carisma y una misión.
Bajo esta premisa, los días 9 y 10 de octubre, los coordinadores del área de Inglés de las diversas obras maristas de la provincia se dieron cita en la Quinta Soledad. Este lugar, concebido como un espacio de fraternidad y discernimiento, fue el escenario perfecto para un encuentro de reflexión, diálogo profundo y proyección comunitaria.
La convocatoria, realizada por el equipo provincial, no era una simple reunión administrativa, sino una jornada estratégica. El propósito central fue doble: primero, profundizar colectivamente en la visión y misión del área desde la perspectiva única del carisma marista; y segundo, fortalecer la red de educadores que, día a día, acompañan a cientos de estudiantes en este crucial aprendizaje.
Más Allá de la Gramática: Definiendo una Pedagogía Marista del Idioma
Durante las intensas jornadas de trabajo, los participantes se sumergieron en el «para qué» de su labor. No se trataba solo de cómo enseñar inglés, sino de por qué se enseña inglés en un colegio marista.
Los coordinadores revisaron las orientaciones pedagógicas que guían su trabajo, asegurando que la pedagogía de San Marcelino Champagnat —basada en la presencia, el espíritu de familia, la sencillez y el amor al trabajo— impregne también la enseñanza del idioma. Se avanzó significativamente en la definición de la finalidad y las funciones del área dentro de las obras, consolidando su papel no como una materia aislada, sino como un eje transversal de formación humana.
Además, el encuentro fue un espacio vital para la planificación colaborativa. Se diseñaron las actividades anuales y, de manera crucial, se afinaron los programas de internacionalización. Estos programas son vistos no como un complemento, sino como una expresión fundamental de la misión, ofreciendo a los estudiantes experiencias de inmersión que fomenten la empatía y la comprensión global.
Este espacio permitió reforzar los lazos de colaboración intercolegial, promoviendo una genuina corresponsabilidad educativa. La meta es clara: que un estudiante marista, independientemente de la obra a la que pertenezca, reciba una formación en inglés que sea coherente, humana y fraterna.
El Valor de la Red: Compartir Experiencias para Construir una Visión Común
En la evaluación final del encuentro, las y los coordinadores coincidieron de manera unánime en que uno de los mayores valores del espacio fue la oportunidad de compartir experiencias, retos y buenas prácticas. En la rutina diaria, es fácil que cada colegio trabaje en su propio «silo», enfrentando desafíos en solitario.
Romper ese aislamiento fue fundamental. El intercambio fraterno permitió conocer distintos modos de implementación de los programas, así como identificar los desafíos comunes en los procesos de enseñanza y acompañamiento. Temas como la certificación, la motivación estudiantil y la integración tecnológica se pusieron sobre la mesa, pero siempre bajo la óptica marista.
Varias voces destacaron la importancia de escuchar activamente a otros coordinadores. Este acto de escucha permitió comprender sus procesos de trabajo, validar sus esfuerzos y, sobre todo, generar una claridad compartida sobre el rumbo provincial del área. No se trata de imponer un modelo único, sino de tejer una red sólida donde las mejores prácticas se socialicen y los retos se asuman en comunidad.
Inglés como Ventana al Mundo y Herramienta de Servicio
Uno de los ejes de reflexión más profundos fue el rol del idioma en la formación integral del alumno. Las y los participantes coincidieron en que la enseñanza del inglés, desde el carisma marista, no puede ni debe limitarse a la adquisición de competencias lingüísticas para el éxito profesional o académico.
La visión marista es más amplia: busca formar personas de bien, ciudadanos globales abiertos al mundo, capaces de dialogar, comprender al otro y construir puentes culturales. El inglés se entiende, por tanto, como una herramienta de proyección humana.
Se subrayó el valor de la coordinación del área para planear con propósito y trabajar con esta visión compartida. El aprendizaje de una lengua extranjera debe ser una ventana que conecte a los estudiantes con otras realidades, culturas y modos de pensar, fomentando el diálogo intercultural y el respeto por la diversidad. En este sentido, la enseñanza del inglés en los colegios maristas busca trascender el aula para conectar a las personas y, en última instancia, capacitarlas para nuevas formas de servir.
Una Red que Camina Unida con Esperanza y Compromiso
El encuentro reafirmó el compromiso de todos los presentes de seguir fortaleciendo la identidad y misión del área. Se acordó impulsar con renovado vigor los proyectos provinciales, como los programas de internacionalización y el Marist English Camp, como plataformas clave para vivir esta visión.
Asimismo, se continuará con la definición colectiva de funciones y líneas de acción que aseguren una enseñanza integral, humana y coherente con la espiritualidad que les une.
Más allá de los acuerdos programáticos, el espíritu que prevaleció fue el de comunidad, escucha atenta y esperanza compartida. Los coordinadores de la Provincia Marista de México Central no solo gestionan un área académica; son animadores de una misión. Hoy, caminan más unidos hacia un horizonte de mejora continua, servicio y fraternidad, reafirmando que la enseñanza del idioma, cuando se inspira en el Evangelio y en la pedagogía marista, se convierte en una auténtica forma de transformar la realidad con amor y compromiso.




