Del 21 al 25 de julio de 2025, la ciudad de Querétaro fue sede de la vigésima edición del Diplomado en Pastoral Juvenil Marista, celebrado en la casa de encuentros San Javier. Durante cinco días, más de 150 participantes provenientes de distintas comunidades educativas y pastorales se reunieron con un mismo propósito: formarse como agentes de pastoral juvenil, profundizando en la espiritualidad marista y fortaleciendo su compromiso con la niñez y juventud.
Un encuentro de formación y misión compartida
El diplomado convocó a 153 asistentes, entre ellos estudiantes, docentes de colegios maristas de diversas regiones, participantes de la provincia de México Occidental, acompañantes de parroquias y religiosas comprometidas con la misión pastoral. Este mosaico de perfiles dio al encuentro un carácter enriquecedor, donde la diversidad de experiencias se convirtió en una oportunidad para crecer en comunidad y compartir aprendizajes.
El programa se dividió en dos módulos, de manera que aproximadamente la mitad de los asistentes cursó el primero y la otra mitad el segundo. Esta dinámica permitió que cada grupo se enfocara en temas específicos, favoreciendo un proceso formativo progresivo y adaptado al camino que cada participante lleva recorrido en la pastoral juvenil.
Contenidos del diplomado: espiritualidad, creatividad y acompañamiento
Los participantes del Módulo 1 trabajaron en asignaturas fundamentales como espiritualidad, pedagogía marista, desarrollo humano y realidades juveniles. Estos espacios ofrecieron herramientas para comprender mejor el contexto de las nuevas generaciones, al mismo tiempo que reforzaron la identidad marista como base para el servicio pastoral.
Por su parte, los inscritos en el Módulo 2 se adentraron en materias como cristología, creatividad, planificación pastoral y acompañamiento juvenil. Este segundo nivel buscó dotar a los agentes de pastoral de capacidades prácticas para diseñar y ejecutar proyectos que respondan a los desafíos actuales, con una mirada profundamente evangélica y humanista.
Ambos módulos tuvieron como eje central la importancia de atender a las Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes (NNAyJ) con el cuidado y la ternura inspirados en la Buena Madre y San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas.
Una experiencia de fraternidad y sinodalidad
Más allá de las clases y talleres, el diplomado fue también un espacio de convivencia y fraternidad. Los participantes compartieron momentos de oración, reflexión y dinámicas comunitarias que reforzaron el sentido de pertenencia al carisma marista. Esta convivencia intergeneracional fue clave para experimentar la sinodalidad, es decir, caminar juntos jóvenes y adultos en un mismo proyecto de Iglesia.
El encuentro evidenció que la Pastoral Juvenil Marista no se limita a transmitir contenidos académicos, sino que busca generar una experiencia integral que vincula fe, vida y misión en un ambiente de confianza y acompañamiento mutuo.
Graduación y reconocimientos
En esta vigésima edición del diplomado, 49 participantes concluyeron el proceso formativo y recibieron su diploma de graduación. El resto de los asistentes obtuvo constancias por haber completado una parte importante del programa, avanzando así en el camino que los llevará a certificarse en próximas ediciones.
La entrega de diplomas fue un momento de gran significado, pues representó no solo el cierre de un ciclo, sino también el inicio de un compromiso renovado con el servicio pastoral. Cada egresado se convierte en un agente multiplicador, capaz de llevar lo aprendido a sus comunidades y transformar realidades a partir de la educación, la espiritualidad y el acompañamiento cercano a los jóvenes.
Relevancia del Diplomado en Pastoral Juvenil Marista
El Diplomado en Pastoral Juvenil Marista se ha consolidado como un espacio de referencia en la formación de líderes juveniles dentro de la familia marista. Con veinte ediciones realizadas, representa una apuesta firme por la construcción de comunidades más fraternas, solidarias y comprometidas con la transformación social.
Este tipo de iniciativas responden al llamado de la Iglesia a acompañar a los jóvenes en sus procesos vitales, reconociéndolos como protagonistas de su historia y no solo como receptores de programas. Asimismo, reflejan el compromiso de la pastoral marista con la educación integral, donde la fe, la vida comunitaria y el compromiso social van de la mano.
Conclusión: acompañar para transformar realidades
El diplomado de 2025 en Querétaro dejó una huella significativa en cada uno de sus participantes. Más allá de los aprendizajes académicos, fue una experiencia de fraternidad, sinodalidad y compromiso. Como institución, la Pastoral Juvenil Marista reafirma su misión de seguir formando agentes capaces de acompañar a los jóvenes con empatía, cercanía y profundidad espiritual.
La graduación de 49 participantes y el compromiso de más de un centenar de asistentes son señales claras de que el futuro de la pastoral juvenil se construye desde la formación constante, la comunidad y la convicción de que los jóvenes son actores clave en la transformación de la sociedad.
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